El mundo está cambiando y la gente todavía no se cree lo que sucede a su alrededor. Más bien, diría que la gente no quiere enterarse de todo de lo que sucede. Claramente, grosso modo: señores, después de oír a muchos ponentes, a grandes personas del mundo de la dirección sobre operaciones, talento, Liderazgo o clientes, el resumen práctico es que no estamos preparados para el mundo que nos viene. Vamos muy retrasados.
¿Por qué no estamos preparados para este mundo incierto, ambiguo? Aunque las empresas intentan hacer mucho las encuestas dicen que queda mucho por hacer. El reto pendiente es implicar desde todos los ámbitos; y creo que la dirección, por ejemplo, no hace todo lo necesario en ese sentido. La realidad es que las empresas quieren beneficios cuanto antes mejor y es difícil tenerlo si no se invierte en el equipo, que es el medio para conseguirlo, pero quizás no el mas rápido pero si el mas sostenible.
Debemos poner bien el foco en las personas, que es lo mas importante. Los directivos intentan bajar los gastos optimizar los recursos y bajan la formación de la gente. Estamos muy enfocados a dinero, dinero, dinero, a resultados económicos, y, en ocasiones, creamos presente pero no futuro. Si la gente en una empresa se implica, se vuelca en el trabajo y está motivada va a dar lo máximo con el cliente y van a querer ser los mejores. Por eso, la dirección debería dar todo para tener los mejores empleados. Nos falta hacer mucho ejercicio de escucha sincera, de preguntar, de comunicarnos, de entender a los demás…. y eso tiene mucho que ver con la empatía, la confianza y la generosidad.
Habrá que tratar con modelos nuevos de cliente: el cliente/alumno que está pidiendo libertad y poder decir qué espera de los profesores, entender sus principios y que metodología aplicar; el cliente/digital que quiere una propuesta de valor diferencial, personalización, experiencias nuevas y muy sencillas; el cliente/paciente en los centros sanitarios quieren agilidad, amabilidad, personalización y confianza; el cliente/ciudadano que quiere confianza, que le escuchen, entender por qué paga tantos impuestos, pide menos corrupción y más transparencia y que los políticos ayuden al ciudadano.
Por lo que respecta al talento, tenemos que asumir que el aprendizaje debe ser constante porque el entorno esta cambiando constantemente. La velocidad del cambio es vertiginoso, y ocurrirá que nos equivocaremos rápido y habrá que volver a cambiar, aprender a cambiar y a gestionar el riesgo. Habrá que ser resiliente, afrontar las adversidades y tener en cuenta las cualidades necesarias de los nuevos talentos como la empatía, la resiliencia, y estar abiertos a entender todos los cambios que tienen a su alrededor.
El Foro del GPS nos ha dicho dónde estamos, en un mundo cambiante por completo, de vértigo, y nosotros estamos yendo más despacio de lo necesario. Sabiéndolo, necesitamos gasolina, ilusión, energía, escuchar mucho, involucrar a todo el mundo, tratar con talentos especiales y estar muy cerca de la universidad y de las escuelas de negocio. Habrá que saber relacionar a un millennial con un senior; a un contratado con otro que no lo es; a un dron, un robot con una persona… Habrá que estar atentos a los cambios como los que reflejan algunos estudios que nos dicen que el 55% de los adolescentes quieren trabajar en una start up propia, que la gente quiere libertad para tomar sus decisiones para su vida y no podemos ponernos las manos delante de los ojos para no verlo.
El Foro ha sido un éxito porque todo el mundo se ha abierto a decir la realidad de lo que esta pasando, con números y experiencias reales; ha sido práctico, no teórico, pero queda mucho que hacer. Simon Dolan, como todos los demás ponente lo dijeron claramente: no estamos preparados para el mundo del trabajo del mañana que es hoy, ni las empresas ni las instituciones educativas. Hay mucho que hacer.
Gustavo Piera, Coordinator of Institutional Relations and Future Shappers