Elevando el nivel de la ética…

SIMON L. DOLAN, STEVEN HAWKINS, CHAD ALBRETCH Y BONNIE RICHELEY

Elevando el nivel de la ética: Auditoría ética y cultura de transformación positiva

Hay una creciente necesidad de aumentar la ética en el mundo corporativo. En este artículo, reclamamos el despliegue de una “auditoría ética”, un proceso que evalúe si las acciones de una empresa son éticas y si están aunando sus objetivos éticos internos con sus expectativas. Creemos que al emprender una auditoría válida y bien contrastada, las empresas experimentarán beneficios primarios y secundarios para ambos, la organización y sus accionistas.

Aunque la mayor parte de las organizaciones tienen un código de conducta (o un código ético), a muchos empleados no les preocupa, e incluso no reconocen el código de ética de su propia empresa. Como apuntaban Dolan y Liran (2016), “Hay una discrepancia creciente entre los valores establecidos en el muro y los valores en acción”. En el Informe de las “Naciones: 2020 Estudio Global sobre Fraude y Abuso Laboral”, la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, estima que las organizaciones pierden aproximadamente el 5% de sus ingresos, 4,5 billones de $ globalmente, por fraude y abuso laboral cada año. Es más, La Oficina Europea Antifraude (OLAF) informa de fraudes de aproximadamente 485 millones de €, sólo en el presupuesto de la UE en 2019. Claramente hay una falta de ética en ambos, en el sector privado y en los gobiernos. Las investigaciones sugieren que el comportamiento inmoral no es único en tiempo y lugar y que los actos inmorales se producen en organizaciones de todo tipo y en todos los sectores. 

El Centro de Inteligencia Emocional de Yale, en colaboración con la Fundación Faas, llevó a cabo una encuesta nacional de más de 14.500 empleados en todos los sectores para entender mejor cómo los estadounidenses experimentan el trabajo. La muestra representaba la economía de U.S.A. por diversos sectores, industrias y demografía. Aunque la mayoría de los trabajadores manifestó que nunca, o casi nunca, recibieron presiones de los gestores (o supervisores directos) para actuar inmoralmente, el 11% a veces sí recibió esta presión y el 12% la experimentó a menudo. En otras palabras, el 23%, casi una de cada cuatro personas, sintió presión para hacer cosas que sabían eran injustas. Los investigadores sugirieron que necesitamos encontrar formas con las que aliviar la presión para actuar inmoralmente y evitar el miedo a decir lo que se piensa.

Aunque hay muchas razones por las que los empleados se comportan inmoralmente, una es que quieren encontrar formas con las que beneficiar a su organización. En el proceso, a menudo se enfrentan a un conflicto entre el deseo de maximizar su autointerés y el de actuar éticamente. Otras razones para comportarse inmoralmente pueden ser: (1) La influencia de los supervisores y/o colegas, (2) Acciones relacionadas con la Teoría del Intercambio Social en la que los empleados se sienten mal pagados y por lo tanto se permiten a sí mismos resolver su falta de recompensas haciendo trampa y eludiendo los códigos sociales de las organizaciones, (3) Las crisis de productividad y la sensación de la necesidad urgente de hacer lo que sea para colaborar en el éxito de la organización.

¿Bajo qué circunstancias, es más probable que se produzcan actos inmorales?

Aunque es difícil elegir un sector específico en el que es más probable que se produzcan actuaciones inmorales, la investigación sobre la ética nos permite hacer algunas predicciones.  Por ejemplo, en las empresas con objetivos irreales de ingresos es más probable que presionen  a los empleados para acortar presupuestos y lograr resultados a corto plazo. Tal ha sido el caso  en redes sociales, sector financiero, venta al por menor y otros sectores, llevándoles a  frecuentes violaciones de seguridad y privacidad. Además, el deseo de crecer y controlar los  costes ha dado lugar constantemente a sub-financiar funciones de Tecnología de la Información  (informática), eliminando la adecuada cíber-seguridad y la protección de datos de los clientes y la  política de privacidad y de procedimientos. 

En algunos casos incluso se han ignorado las normas  gubernamentales para lograr los objetivos de la empresa. En el caso de Volkswagen, por  ejemplo, los objetivos de participación de mercado poco realistas superaron la integridad de la  ingeniería. Como resultado, los recursos insuficientes y la dificultad para lograr sus objetivos  llevó a los gestores e ingenieros de Volkswagen a cometer fraudes a escala global durante años. En el sector de la alta tecnología, el mercado cambia tan rápidamente que hay una presión  adicional para comportarse inmoralmente. Por ejemplo, la velocidad con la que la inteligencia  artificial, los vehículos autónomos, la realidad virtual, el internet de las cosas, los grandes  volúmenes de datos y muchos otros productos futuristas desarrollados crean vulnerabilidad en  muchas empresas. 

Esto se ve agravado por cuestiones éticas adicionales como la inteligencia  artificial y otras altas tecnologías que podrían, potencialmente, impactar en la sociedad. A  menudo, la necesidad de golpear a la competencia parece anular la responsabilidad para  examinar los dilemas que crean, generando daños colaterales. Tal es el caso con la inmensa  velocidad y presión para desarrollar una vacuna para la pandemia de la COVID-19. Debido a la  consciente falta de test e ignorando los controles internos a una escala no vista antes, los  expertos temen que una significativa proporción de la población dudará de vacunarse cuando las  primeras vacunas estén disponibles. A los ojos de muchos consumidores, alta tecnología  equivale a alto riesgo. Y si no se controla, la ética seguirá considerándose irrelevante dando  lugar a consecuencias importantes para los individuos, las organizaciones y las sociedades. 

Actos carentes de ética es también más probable que se produzcan en entidades situadas en  ubicaciones remotas y con personas que pasan más tiempo con personas ajenas a la  organización, tales como clientes, vendedores, contratistas, etc. en situaciones de conflicto de  intereses. “Fuera de la vista” puede significar a menudo “fuera de control” cuando se trata del  comportamiento ético de los empleados. Los que pasan la mayor parte de su tiempo con  personas externas a la organización pueden alinear lealtad y valores en otros lugares. Son  vulnerables frecuentemente a los sobornos, la apropiación indebida de fondos y a otros  problemas éticos. Este tipo de problemas ha conmovido recientemente a la familia real en  España, donde el Rey Emérito recibió (siendo todavía el Rey) un soborno de 75.000.000€ en  agradecimiento a que empresas españolas construyeran el tren de alta velocidad en Arabia  Saudí. Esto junto con otros escándalos éticos, forzaron al Rey a abdicar en beneficio de su hijo.  La historia total y las ramificaciones de este escándalo están todavía bajo investigación. 

Empresas con objetivos irreales de ingresos es más probable que presionen a los empleados para acortar presupuesto y lograr resultados a corto plazo

El comportamiento inmoral es más probable cuando las personas u organizaciones dependen de  la ley para definir qué es ético y qué no. Creemos que la ley no es suficiente y por lo tanto no  puede cubrir todos los posibles dilemas éticos. En consecuencia, los valores son cada vez más  importantes. Los valores compartidos representan el ADN cultural de la empresa. Esos valores  deberían ser comunicados públicamente (en la página web u otros documentos de la empresa) y ser cumplidos meticulosamente por los empleados y accionistas. Fracasar en hacer esto puede  conducir a los empleados y a otros a actuar inmoralmente.

“Fuera de la vista” puede significar a menudo “fuera  de control” cuando se trata del comportamiento ético de  los empleados. Los que pasan la mayor parte de su  tiempo con personas externas a la organización pueden  alinear lealtad y valores en otros lugares.

Algunos ejemplos de comportamiento en el trabajo de los empleados, legal, pero no ético:

• Un director que comparte una carta de renuncia de una persona con los compañeros
• Un trabajador que renuncia a hablar a su director/a cuando él o ella ve algo inmoral 
• Acceder a un trabajo sin publicitarlo, lo que da a otras personas la oportunidad de  solicitarlo 
• Un director que revela a otros empleados “información confidencial” sobre el salario de  otros colegas 
• Favoritismo- mantener a los empleados con diferentes expectativas de productividad 
• Un director que comparte los resultados estadísticos de alguien con los compañeros 
• Un director que selecciona al azar a un trabajador para informar a otro de que está  despedido

Afortunadamente, la mayor parte de las personas estarían de acuerdo en que los  comportamientos señalados arriba son inmorales aunque no sean ilegales. Uno de los grandes  causantes del infame fraude de Enron fue el hecho de que muchos de sus “juegos de  contabilidad” no violaban ninguna ley, ni regulación contable específica, pero eran considerados  inmorales. 

¿Qué mecanismos están a punto para promover y mejorar la ética?

La mayor parte de las organizaciones tienen un código ético o de conducta con el que están  entrenados los empleados y que se espera que sigan. La mayor parte de las empresas también  cuentan con varios procesos y prácticas de contratación para filtrar a los malos actores que  solicitan puestos. Pero en muchos casos, sin embargo, a largo plazo son a menudo los autores  del fraude. 

Un banco, por ejemplo, descubrió que los mayores porcentajes de perpetradores de fraudes eran  los que habían estado en la organización entre 15 y 20 años, habían trabajado en puestos de  confianza y tenían presiones financieras en sus vidas. 

Auditar es otro mecanismo que debería aumentar y promover la ética. Auditar es un proceso  necesario para la salud a largo plazo de una organización, tanto grande como pequeña. Las  grandes organizaciones a menudo utilizan sus propios departamentos de auditoría interna, en tanto que las más pequeñas suelen utilizar a terceros o servicios compartidos. Las compañías  públicas también necesitan tener auditorías externas para sus estados financieros. Los procesos  de auditoría actualmente son necesarios para valorar y corregir los estados financieros de una  organización de acuerdo con los procesos contables estándar y las correctas normas de control  interno. Aunque algunas empresas se someten a auditorias operacionales para mejorar su  eficacia, no son un requerimiento típico. 

El único tipo de auditoría exigido por la ley es el de los  estados contables y las relacionadas con el control interno sobre informes financieros de las  empresas cotizadas. El foco primario de la auditoría es detectar errores en los estados  financieros de la organización o deficiencias en los controles financieros internos sobre los  informes financieros. La detección puede ser uno de los pasos más importantes en el proceso de  prevención del fraude, dado que los mayores esquemas de fraude no se descubren durante  muchos meses. 

¿Qué mecanismos deberían estar a punto para promover y mejorar la ética?

La ACFE (Association of Certified Fraud Examiners) divide el fraude ocupacional en tres grandes  categorías: (1) Malversación de Activos. Robo o mal uso de los recursos de una organización  (86% de los casos) (2) Fraude en los Estados Financieros. Exposición errónea u omisión  intencionada de información en los estados financieros de la organización (10% de los casos) (3)  Corrupción. Sobornos, conflictos de interés, extorsión, etc. (4% de los casos) Las auditorías externas habitualmente se centran en un solo tipo de fraude, el de los estados  financieros, ignorando la mayoría de los casos  no sujetos a auditorías  obligatorias. La  malversación de activos  y la corrupción también  deberían estar incluidas  en el ámbito de las  auditorías combinadas  o comprobadas por  auditorías separadas.  Ambas, la malversación  de fondos y la  corrupción pueden  dañar significativamente  la salud financiera de una organización y con frecuencia dejar una pista de auditoría que se  puede rastrear. 

Además para la actuación financiera, otra categoría de indicadores que se podrían utilizar para  valorar las prácticas de empresa de la compañía, serían las auditorías éticas. La ética en la  práctica de las empresas es más relevante que nunca antes en el mundo de los negocios. A raíz  de los continuos escándalos importantes dentro de las grandes corporaciones, las llamadas del  público para que los líderes corporativos rindan cuentas son cada vez mayores. Algunas  empresas han prestado atención a la opinión pública y están intentando progresivamente dirigir  sus negocios de manera ética. Las consideraciones éticas permiten el trabajo de los auditores, que con frecuencia tienen que resolver dilemas éticos que surgen durante el proceso de  auditoría. Dada su experiencia y el conocimiento de las operaciones de la compañía, los  auditores de los estados financieros están muy bien posicionados para realizar también  auditorías éticas. 

A raíz de los continuos escándalos importantes dentro de las grandes corporaciones, las llamadas del público para que los  líderes corporativos rindan cuentas son cada vez mayores.

Aunque los esfuerzos dirigidos por la organización para ser más éticos son notables, no existen  estándares formales para determinar lo que significa ser ético. Este artículo reclama el  establecimiento de estándares formales para las prácticas éticas de las empresas. Aunque el  significado de lo que es ético puede ser subjetivo, estándares objetivos de principios éticos  basados en situaciones concretas se podrían desarrollar durante los procesos de auditoría. Si un  enfoque basado en una situación se usa además del establecimiento de principios, la auditoría  ética se elaboraría desde una base sólida. Los estándares deberían generar resultados  cuantificables y medibles que darían una amplia escala de temas éticos medibles y mejorables.  

Si los gobiernos y otros reguladores se preocuparan por la ética tanto como por la actividad  financiera, una “auditoría ética” debería ser solicitada por los reguladores. Si no se requiere una  auditoría ética, pero las organizaciones se preocupan sinceramente por la ética, se someterían  voluntariamente a auditorías éticas regularmente informando de los resultados de las mismas a  los accionistas. 

Además de los estándares éticos, los procesos de auditoría ética y sus herramientas se deberían  desarrollar para ayudar a las empresas y auditores en la realización de auditorías éticas internas  y externas.

Albrecht y otros (2017) sugieren que el triángulo icónico del fraude podría aplicarse más  ampliamente a otros tipos de compromisos éticos y no sólo al fraude financiero. Si éste es el  caso, el marco del triángulo del fraude convertido en el “Triángulo del Compromiso Ético” podría  ser una herramienta útil para valorar la cultura ética de las compañías e identificar estrategias para mejorarla. Usando el triángulo del compromiso como marco, se pueden desarrollar  herramientas más detalladas y específicas y procedimientos de auditoría para mejorar la eficacia y valor de las auditorías éticas.

El triángulo del fraude es un viejo concepto, que existe hace más de 30 años. Probablemente es  la más icónica y fundamental teoría del fraude. Ha penetrado a fondo en el fraude, la  criminología, la contabilidad, la auditoría y la literatura del marketing y ha proporcionado las  bases de las decisiones de políticas contables. Se ha aceptado universalmente en cada  escenario en el que se describe o analiza el fraude. El triángulo del fraude manifiesta que las  personas se motivan para tener un comportamiento inmoral (Ej. Fraude) cuando se aúnan tres  elementos: (1) algún tipo de presión percibida, (2) una oportunidad percibida y (3) alguna forma  de racionalizar que el fraude no se considera inconsistente con los valores personales. El  triángulo del fraude se describe en la figura 1. 

Una auditoría ética valoraría en  qué medida  una  empresa  está a la  altura de  los  estándares  éticos  aceptados en general,  además de  sus propios  objetivos  éticos  como  organización

El fin de una auditoría ética es valorar y diagnosticar la ética que hay detrás de las acciones y  objetivos de las organizaciones. Una auditoría ética valoraría en qué medida una empresa está a  la altura de los estándares éticos generalmente aceptados, además de sus propios objetivos  éticos como organización. Además, para constituir una base más ética para los procesos de  auditoría, las empresas auditadas experimentarán beneficios primordiales para su organización.  Un liderazgo firme estaría en mejores condiciones de determinar si los objetivos éticos y las  directrices de la compañía se están cumpliendo a nivel objetivo. Los líderes tendrían una valiosa  herramienta de retroalimentación para ayudar a mantener la salud de la cultura ética en la  organización. La auditoría ética revelará si la empresa ha desarrollado una cultura ética y  ayudará en el desarrollo de una mejor cultura ética en el futuro. Se podrían hacer varias  correcciones de rumbo si los actuales objetivos éticos no se cumplen. La auditoría ética también  indica la salud total de una empresa. Si una compañía se compromete a realizar prácticas éticas,  será menos probable que sea víctima de fraude y de sufrir las pérdidas financieras asociadas a  tales actividades. 

Las regulaciones  relativas a  los procesos  de auditorías  financieras  han  aumentado a  lo largo de  los años para  asegurar que  las auditorías  financieras  sean  mejores, más  rigurosas y  más  consistentes.

Al igual que la opinión que reciben las empresas sobre los estados financieros, la creación de  documentación formal que pueda certificar a una empresa como ética, sería beneficiosa para la  misma y para la comunidad de los negocios. La confianza de los inversores y clientes  aumentaría y la empresa vería una mejora de su imagen en la comunidad empresarial. Las  empresas tienen mucho que ganar participando en una auditoría ética. Para lograr una auditoría ética que mantenga los más altos estándares, los enfoques actuales y las actitudes hacia la  auditoría deben cambiar para la incorporación de éxito de un marco más ético. Las prácticas de  auditoría deberían moverse del enfoque de reglas al enfoque de principios en los que las  preocupaciones éticas sean la vanguardia de los criterios evaluativos. Un enfoque de la auditoría  que permita a las personas utilizar un marco ético facilitará la implementación de una auditoría  ética. La transparencia sobre el proceso ayudará a fomentar la conexión entre la empresa, sus  clientes y sus accionistas.

 

Resumen y conclusiones

Las regulaciones relativas a los procesos de auditorías financieras han aumentado a lo largo de  los años para asegurar que las auditorías financieras sean mejores, más rigurosas y más  consistentes. Una serie de leyes aprobadas recientemente en muchos países buscan aportar  más transparencia a las auditorías y sus procesos. Por ejemplo, siguiendo la dirección de EU, los  Estados Unidos de América han adoptado también los estándares requeridos en las auditorías  financieras para divulgar el nombre de cada socio del trabajo. 

La EU pasó también una serie de  regulaciones llamadas la 8ª Directiva de Derecho de Sociedades, que requiere el establecimiento  de un comité de auditoría para empresas de comercio público, para asegurar la calidad y  transparencia de los informes financieros. La investigación ha demostrado que los efectos de  esas leyes sobre la calidad de los informes financieros han sido positivos. Los reguladores y  gobiernos deberían proporcionar la misma atención a las auditorías éticas. 

Reclamamos leyes y regulaciones que necesitarán las empresas para comenzar las auditorías  éticas de la misma forma en que son requeridas para someterse a auditorías financieras. Las  auditorías éticas permitirán descubrir la diferencia entre lo que las empresas proponen y lo que  practican. Hoy, es muy difícil saber qué compañías son más éticas y cuáles siguen las mejores  prácticas empresariales. Las auditorías éticas obligarán a las empresas a alcanzar un mayor  grado de transparencia y responsabilidad. El establecimiento de nuevas regulaciones mejorará  también la integridad del proceso de la auditoría ética a través del reforzamiento de estándares  formales.  

Llevar a cabo auditorías éticas puede ser crucial en la detección de cualquier incorrección que de  otro modo no pudiera ser comprobada. Esto puede, incluso, destapar actividades inmorales o  ilegales en la empresa, tales como el tratamiento injusto de los empleados, clientes o  proveedores Por ejemplo las auditorías pueden  revelar abusos en regulaciones externas  relativas a excesivas horas de trabajo o  entornos de trabajo inseguros. 

La auditoría ética  no sólo está hecha para asegurar que las  prácticas prohibidas no tengan lugar, sino para  que los comportamientos propuestos en el  código de conducta de la compañía y en las  políticas y procedimientos escritos realmente  existan en la práctica. La declaración de valores  de una empresa no debería ser contraria al comportamiento de su gente.

Puede ser un precedente peligroso tener acciones corporativas inconsistentes con los valores  de la compañía. 

La auditoría ética es el paso siguiente en la evolución de la transparencia de una empresa para  el público y una forma de asegurar que los valores de la compañía son factibles y responsables.  Demasiados escándalos y fraudes se han producido cuando grandes compañías han confiado  en gestionarlo todo ellas mismas sin una verificación de terceros. Aunque la mayor parte de esos  escándalos han sido perpetrados por individuos, un sistema de regulación facilitará detectar a los  autores más rápidamente y el mero hecho de que exista la auditoría ética disuadirá a muchas  personas de ser deshonestos en primer lugar. 

Las auditorías éticas generarán menos fraudes y  actos inmorales y ayudará a las empresas a mejorar su imagen pública. Cuando la ética está en  la primera fila de las estrategias y las transacciones de las empresas, todo el mundo se beneficia  de vivir en un mundo más honesto, en el que los valores están alineados con las acciones.

References

  1. Liran, Avi and Dolan, Simon L. (2016) “Values, Values on the wall, Just do business and forget them all: Wells Fargo, Volkswagen and others in the hall” Te European Business Review https://www.europeanbusinessreview.com/values-values-on-the-wall-just-do-businessand-forget-them-all-wells-fargo-volkswagen-and-others-in-the-hall/
  2. Association of Certified Fraud Examiners. (2020). Report to the Nations: 2020 Global Study On Occupational Fraud and Abuse. https://www.acfe.com/report-to-the-nations/2020/.
  3. https://ec.europa.eu/anti-fraud/investigations/fraud-figures_en
  4. Source: Zorana Ivcevic , Jochen I. Menges and Anna Miller: How Common Is Unethical Behavior in U.S. Organizations? Harvard Business Review, March 20, 2020 (https://hbr.org/2020/03/how-common-is-unethical-behavior-in-u-s-organizations)
  5. Dolan, S.L. (2020) Te Secrets of Coaching and Leading by Values. London-NY Routledge.
  6. Association of Certified Fraud Examiners. (2020). Report to the Nations: 2020 Global Study On Occupational Fraud and Abuse. https:// www.acfe.com/report-to-the-nations/2020/.
  7. Espinosa-Pike, M. and Barrainkua, I. (2016). “An exploratory study of the pressures and ethical dilemmas in the audit conflict.” Revista de Contabilidad. Vol. 19,Issue 1. https://doi.org/10.1016/j.rcsar.2014.10.001.
  8. Jeppesen, K. (2019). “Te role of auditing in the fight against corruption.” Te British Accounting Review. Vol. 15, issue 5. https:// doi.org/10.1016/j.bar.2018.06.001.
  9. Albrecht, Chad; Albrecht, Conan; Hawkins, Steven (2017) “Is there an Ethics Compromise Triangle?” Internal Auditing, Vol. 32:4. pp. 5-20
  10. Semradova, I. and Hubackova, S. (2015). “Observations on the development of ethical culture.” Procedia
  11. Social and Behavioral Sciences. Vol. 182. https://doi.org/10.1016/j.sbspro.2015.04.737.
  12. Satava, D., Caldwell C., and Richards, L. (2006). “Ethics and auditing culture: Rethinking the founda
    tion of accounting and auditing.” Journal of Business Ethics. Vol. 64, no. 3.
    https://www.jstor.org/stable/25123749.
  13. Reid, C.D., and Youngman, J.F. (2017). “New audit partner identification rules may offer opportunities and benefits.” Business Horizons. Vol. 60, issue 4. https://doi.org/10.1016/j.bushor.2017.03.008.
  14. Bajra, U. and Cadez, S. (2018). “Audit committees and financial reporting quality: Te 8th EU Company Law Directive perspective.” Economic Systems. Vol. 42, Issue 1. https://doi.org/10.1016/j.ecosys.2017.03.002.

Sobre los autores:

Profesor Simon L. Dolan: actualmente es presidente de Global Future of Work  Foundation. Previamente ocupó varias titularidades como profesor en algunas de las  escuelas de negocios (Montreal y McGill, Boston y Colorado, ESSC y HEC y ESADE en  Barcelona). Es cofundador de ISSWOV (La sociedad Internacional para el Estudio del  Trabajo y Valores Organizacionales). Es un autor prolífico con más de 75 libros  publicados en varios idiomas. Es un emprendedor, fundador de Gestion M.D.S. en 1980  en Canadá y actualmente es presidente honorario de ZINQUO en España.  Conferenciante muy solicitado (ver www.simondolan.com o www.thinkingheads.com email: info@simondolan.com 

Profesor Steven Hawkins: es profesor asistente en Southern Utah University y se  doctoró en la Universidad de Tennessee. Investigador del fraude y la ética desde una  perspectiva contable, ha escrito múltiples artículos sobre el tema. Actualmente es CPA  (Contador Público) y trabajó en Ernst and Young como auditor durante tres años, antes  de conseguir su doctorado. Email: stevenhawkins@suu.edu 

Profesor Chad Albrecht: Es catedrático de Estrategia y Director de Programas MBA en  Utah State University (USU). Ha recibido muchos premios incluyendo Investigador del  Año, Mentor Graduado del Año (3 veces). También ha sido Robbins Research Finalist  por su trabajo en prevención y detección del fraude. Ha escrito seis libros y su  investigación relacionada con el fraude ha sido citada en el Times de Londres, en Flight  Magazine y varias otras agencias. Email: Chad@albrechtfamily.com 

Doctora Bonnie Richley: es la Jefa de la Oficina de Diseño e Innovación para la  Interacción de la Ciencia, una firma de consultoría global. Es autora publicada y oradora  principal y motivacional. Ha tenido numerosas posiciones de liderazgo en el mundo  académico y el sector público. Su trabajo se centra en el compromiso de alto impacto a  través del coaching individual y de equipo en organizaciones, aprendizaje de adultos y  cambio transformacional. Email: b.richley@yahoo.com