Observaciones y predicciones sobre el futuro de la educación superior y sobre el futuro del trabajo en el marco de la construcción de una sociedad mejor
Por Dr. Simon L. Dolan.
Galardonado con el título de Doctor Honoris Causa Universidad de Huelva
(30 de abril de 2024)
Excelentísima Sra. Rectora Magnífica de la Universidad de Huelva, Ilustrísima Señora Decana de la Facultad de Ciencias del Trabajo, Estimada directora del Máster en Dirección y Gestión de directora del Máster en Dirección y Gestión de Personas de la Universidad de Huelva y Universidad Internacional de Andalucía. Estimados Claustro de Doctores, colegas e invitados.
En primer lugar, quiero agradecer a la universidad de Huelva el otorgamiento de este importante reconocimiento de doctorado honoris causa. Agradezco a la Dra. Yolanda Pelayo por iniciar el proceso, por asumir la ardua labor de ser madrina del proceso, y a las autoridades de la Universidad por aceptarme y seleccionarme para esta distinción.
Recibir este honor por parte de la Universidad de Huelva es para mí una gran satisfacción. Aunque la Universidad de Huelva se creó el 1 de julio de 1993, ya entonces la provincia onubense contaba con una larga tradición de estudios de enseñanza superior o asimilada regidos por la Universidad de Sevilla y luego integrados en ella. Hace poco, se celebraron sus 25 años de existencia y desde entonces transmite conocimiento científico, técnico y humanístico, capacita profesionales, apoya al desarrollo de Huelva y su provincia, así como a la extensión de la cultura universitaria, Me siento unido en el alma con la Universidad de Huelva por sus valores: actividades basadas en la libertad de cátedra e investigación y un compromiso ético por el servicio público y por la construcción de una sociedad cada vez más igualitaria, justa y solidaria.
Mi conexión española empieza en Andalucía, que siento que no fuera en Huelva, que fue en Cádiz, y luego en Sevilla, y luego en Cataluña hasta que llegó Huelva. Así Huelva sigue siendo la referencia. Cada provincia está orgullosa de lo suyo.
Así pues, Andalucía es simbólica y muy significativa para mí. En Cádiz, me enamoré de la gente, la comida, la música y la cultura. El antiguo decano de la Universidad de Cádiz, el Dr. Ramón Valle, me pidió que pasase dos veranos consecutivos allí (allá por la década de 1990) para ayudar a algunos profesores a escribir sus tesis y recibir su doctorado. Algunos también vinieron a Montreal para una estancia conmigo de 3 a 6 meses como seguimiento. Cádiz fue una experiencia que nunca olvidaré, pues fue muy fácil y reconfortante una vez que conocí a la gente de allí. Lingüísticamente, debo admitir que no fue fácil. Imaginen a un GUIRI que nunca ha hablado español comunicándose con un chico increíble que usa un acento andaluz típico de Conil de la Frontera. Tuve que preguntarle repetidamente a Antonio (que hoy está aquí con nosotros): “Antonio, no entiendo nada… Por favor, repita”.
A pesar de las dificultades lingüísticas, algunos de los antiguos compañeros en Cádiz y más tarde en Sevilla, se convirtieron en mis mejores amigos hasta la fecha. Probablemente, sin el apoyo, la confianza y la amistad con Don Ramón Valle y su mujer Doña Concha Álvarez, no puedan estar con nosotros hoy. Estoy y estaré siempre agradecido a Ramon y a Concha por este apoyo total. También, está hoy con nosotros mi amigo y coautor el Dr. Álvaro López, quien actualmente ocupa el cargo de decano de la facultad de economía y empresa de la Universidad Pablo Olavide. Álvaro, por favor, sigue la tradición de Ramon para mantener la profesionalidad y la cultura de la investigación de vuestro claustro. Con el paso de los años, Ramón se trasladó de Cádiz a Sevilla y fue cocreador de la nueva Universidad Pablo de Olavide. Me pidió que le echara una mano y creara una cultura de investigación en su facultad. En consecuencia, me tomé un año sabático de la Universidad de Montreal y pasé un año en Sevilla, que resultó ser una de las experiencias más memorables de mi vida; tanto yo, como mi entonces futura esposa Adela, nos enamoramos de esta ciudad. El apego emocional era tan fuerte que cuando decidimos casarnos, optamos y nos casamos en Sevilla. Insisto en compartir esta información para que entiendan mis vínculos con Andalucía. Tienen que entender que mi mujer, Adela, es de Barcelona, pero hicimos lo imposible por casarnos en Sevilla. Ramón y Concha nos ayudaron apadrinándonos y la boda acabó siendo como un cuento de hadas. Aunque llevo más de 18 años viviendo en Cataluña, algunos de mis mejores amigos son andaluces.
Este premio también es muy importante para mí, aunque era muy escéptico cuando la Dra. Yolanda Pelayo se acercó a mí por primera vez para obtener permiso para iniciar el proceso. Al fin y al cabo, estaba acostumbrado a ser nominado, pero no a recibir premios. En 2015 fui nominado para obtener el Premio Nacional de Investigación de Cataluña, pero finalmente otro científico lo consiguió. Unos años más tarde fui nominado de nuevo por la Universidad Ramon Llull para obtener el premio BBVA Fronteras del Conocimiento. Pero, una vez más, otra persona lo consiguió. A lo largo de los años he desarrollado la actitud de decir: colaboraré, haré lo mejor que pueda, pero no me afectará el resultado. Después de todo, tuve la suerte en mi carrera de colaborar con el Dr. Hans Selye en Montreal (él fue quien me invitó a trabajar con él después de graduarme en la Universidad de Minnesota). Hans Selye es conocido como el padre del ESTRÉS. En uno de mis libros, describo cómo el gran gurú del estrés murió al ser nominado (dos veces) para obtener el premio Nobel por su ciencia, pero nunca lo obtuvo. Yo era su asistente en ese período y vi las consecuencias devastadoras. Así que, volviendo a Huelva, no pensé que mi candidatura se convertiría en realidad. Pero aquí estoy, en Huelva, en Andalucía, rodeado de una familia y amigos increíbles…… y recibiendo esta maravillosa y asombrosa hospitalidad.
¿Qué más puedo esperar a mi edad? Aparentemente, 2023-2024 es un año de obtención de premios. Mientras me preparaba para este premio, me notificaron que también era el ganador del prestigioso Premio IFSAM a la categoría de Excelencia en la Gestión Socialmente Relevante. GAU. Otra agradable sorpresa.
Después de esta larga introducción, permítanme pasar a mi discurso. Inicialmente, estaba planeando repasar mi historia profesional y señalar algunos puntos de referencia importantes. Pero, pensándolo bien, pensé que sería aburrido, largo y probablemente se parecería más a un obituario que a una celebración. Hoy en día, la tecnología permite que cualquier persona que desee saber sobre mí, vaya a cualquier motor de búsqueda, y después de hacer clic en mi nombre, me conocerá (probablemente mejor de lo que yo me conozco a mí mismo). Así que, siendo un Don Quijote moderno, me considero un forjador de futuro, y prefiero hablar de mi visión del futuro. Obviamente, está conectado con mis escritos e investigaciones recientes, pero también define la agenda para futuros académicos que tal vez puedan retomar algunos de los puntos que mencionaré y desarrollarlos más a fondo.
Escribir y especular sobre el futuro siempre es arriesgado. Después de todo, no tengo una bola de cristal y no pretendo ser un profeta. Sin embargo, después de años de ser el titular de la cátedra sobre el futuro del trabajo en ESADE, de formar parte del consejo asesor de la Dirección General de Empleo de la Comisión Europea, y de crear la fundación «Global Future of Work», que me permitió estar rodeado de algunos de los mejores cerebros mundiales y nacionales (por cierto, les agradezco que me hayan echado una mano), hemos acumulado un enorme banco de datos, una importante red global y hemos desarrollado metodologías que nos permiten hacer predicciones sobre el futuro.
Mi viaje inicial hacia el futuro se centró en el mundo del trabajo. Es normal, dado que mi formación es en psicología del trabajo y gestión de personas en las organizaciones. Sin embargo, si examinan mis publicaciones y artículos, se darán cuenta de que he coeditado con colegas eminentes que provienen de diferentes disciplinas que van desde la medicina, la ingeniería, la psicología clínica, la sociología, la antropología y otras. Llegué a la conclusión de que para agregar valor a la comunidad académica y especialmente a la comunidad profesional, algunos conceptos se pueden explicar mucho mejor utilizando paradigmas y marcos en una perspectiva multidisciplinaria. Por lo tanto, no es de extrañar que mi buen amigo el Dr. Mario Raich, un futurólogo suizo, me convenciera de colaborar con él y escribir sobre temas relacionados con el futuro de la sociedad en general y no solo centrarme en entornos laborales y organizacionales.
En 2008, publiqué con Mario un libro llamado: “Beyond: Business and Society in Transformation” (Palgrave-MacMillan). Fue traducido y publicado en muchos idiomas, incluido el español, en 2010, titulado: Más Allá: Empresas y Sociedad en transformación (Profit Editorial). En este libro hablamos de los retos a los que se enfrenta el mundo. También para mi sorpresa, y en retrospectiva, muchas de las predicciones que hicimos en 2008, se han convertido (o se están convirtiendo) en realidad hoy: por ejemplo, escribimos sobre el riesgo de una pandemia (y ocurrió la COVID-19); escribimos sobre la probabilidad de una explosión nuclear (y sucedió en Japón debido a un tsunami); escribimos sobre la crisis migratoria (y miren lo que está sucediendo en Europa y en la frontera de Estados Unidos con México); mencionamos la posibilidad de un pequeño grupo de personas que aterrorizarán a naciones enteras (y miren lo que sucedió el 11 de septiembre (EE.UU.), el 11 de marzo (España) o el 7 de octubre en Israel); Hablamos de los efectos del cambio climático (tsunamis, terremotos, etc.) y están ocurriendo. También escribimos sobre el peligro y el mal uso de las nuevas tecnologías por parte de los líderes egocéntricos y los poderosos corporativos (basta con ver el debate sobre los peligros de la IA hoy en día en cualquier medio de comunicación).
Más tarde, en 2014, invitamos a la Dra. Riane Eisler (la increíble rompedora de paradigmas sociales de los EE. UU.) a unirse a nosotros para escribir: “Cyberness: The Future Reinvented” (www.amazon.com ). Dos comentarios sobre este libro: En primer lugar, me cansé de leer y escuchar descripciones negativas del futuro, aquellas que hablan de los días del juicio final, desastres, etc. Me doy cuenta de que eso vende mejor. Pero hemos decidido apegarnos a nuestros valores instrumentales y describir un futuro positivo.
Y como es muy difícil hablar o escribir sobre el futuro empleando términos de hoy, hemos decidido inventar nuevos términos. El “Cyberness”, por ejemplo, es un estado positivo del futuro. Queríamos escribir y describir escenarios positivos en el futuro con la incorporación de nuevas tecnologías para que la gente pueda soñar. Es difícil describir el futuro, por lo tanto, incluso los sueños de las personas se basan en su experiencia. Entonces, ¿cómo puedes soñar con algo que nunca habías experimentado? Pero, si alguien te describe otras experiencias, es posible que desarrolles algunas anclas futuras. A lo largo de los años, he inventado muchos otros términos y, para mi entera satisfacción, puedo ver que otros los usan, lo que me hace muy feliz.
Así que, basándome en estas experiencias (los dos libros futuristas) y otras razones, he decidido aventurarme en el futuro dirigiéndome tanto a la comunidad académica como a la comunidad profesional mediante el empleo de conceptos, metodologías y herramientas que ofrecerán solución a muchos de los problemas y desafíos de las personas. Dado que todas las nuevas herramientas se basaban en la investigación, esperaba que fueran duraderas y no una moda más. No hace falta que les diga que ser creativo en cualquier campo implica arriesgarse. La gente se lanza rápidamente a las ideas creativas porque les obliga a salir de su zona de confort; Se resisten a las nuevas ideas y a menudo las llaman basura. Cuando escribí un cuento para niños, con la esperanza de ofrecer a las padres herramientas para inculcar valores en los niños, algunos de mis colegas profesores universitarios murmuraron: “aquí hay un viejo profesor que ya no es capaz de publicar investigaciones serias por lo que se dedica a escribir libros para niños, o cómo se atreve a escribir para niños si no tiene ningún título en educación infantil”. Quizás tengan razón. Cuando examinas la creatividad genuina, se puede expresar con la metáfora de un péndulo: si mueves el péndulo lentamente evitas correr riesgos, pero tu nivel de creatividad es mínimo. Por el contrario, si mueves el péndulo vigorosamente, se crea un movimiento tipo U, y la distancia entre la verdadera innovación y la pura estupidez es muy estrecha. Por lo tanto, cuando ofreces una idea fuera de lo común, corres el riesgo de que sea estúpida o de que la gente la vea de esta manera.
Sin embargo, si realmente quieres crear un cambio y si realmente te apasiona, no te importa correr el riesgo. Las personas creativas necesitan saber cómo convertir el fracaso de las nuevas ideas en un proceso de aprendizaje, de manera que no se desmotiven para volver a intentarlo. Seguro que una persona súper creativa corre el riesgo de que a algunas personas no les guste su idea, y puede ser etiquetado como incompetente o estúpido. Es posible que pague un precio por ello, a veces, un alto precio. Y si tienes mala suerte y las personas que hacen un juicio están en una posición de liderazgo, incluso pueden castigarte.
En Cataluña he trabajado muchos años para ESADE. Agradezco la confianza y la responsabilidad que me han dado para servir como director científico del instituto de estudios laborales y después como titular de la cátedra sobre el futuro de trabajo. He tenido la suerte de aprender y mejorar mi docencia colaborando con maestros de la enseñanza, interactuar con mentes brillantes del programa de MBA y otros programas post grado, y formar como director de tesis una docena de alumnos que han terminado la tesis conmigo. Agradezco a los líderes de ESADE por su confianza y apoyo dejándome investigar e innovar. Y cuando se acabó, se acabó. He dejado hace 5 años grandes amigos y una gran institución, referente a nivel mundial y estoy orgulloso de haber sido parte muy activa en ESADE.
En estos días me ha contratado de nuevo una entidad académica en Madrid – Advantere School of Management, que fue fundada por las redes jesuitas de la universidad pontificia de Comillas, Deusto y Georgetown. Agradezco el DG de la escuela, el Dr. Guillermo Cisneros por la confianza y la valentía de contratar una persona en mi edad. El Dr. Pedro César Martin asumió el rol de mentor, ayudarme a integrar y se ha convertido en una alianza vital en mi docencia y en la investigación. Gracias Pedro por estar hoy aquí y acompañarme en este galardón. Estoy súper feliz en una escuela donde su liderazgo, su misión y visión y su metodología están alineados con mi visión en preparar a los estudiantes para el futuro.
Dicho esto, creo que he descrito el marco general de mi filosofía y ahora paso a hablar del futuro del trabajo. Cubriré una variedad de temas. Puede que no parezcan conectados (al principio), pero mi presentación simula el mundo tipo VUCA en el que vivimos hoy en día. La lógica no siempre es lineal, pero todos los elementos juegan un papel en la entrega final del mensaje.
Sobre la vida futura en la Academia y algunos cambios necesarios
Comencemos con lo que muchas de las personas aquí presentes están familiarizadas. Comencemos con mi visión sobre los cambios necesarios en la academia. Todo para que encaje con las nuevas expectativas de los clientes (alumnos) y de la sociedad.
Sobre el nuevo papel de los profesores en el aula – ya he mencionado que el papel de un profesor es facilitar el aprendizaje en lugar de dictar y simplemente compartir conocimientos. Hoy en día, se espera que los estudiantes tengan un profesor que los desafíe, que los intrigue elevando su nivel de curiosidad e incluso los entretenga (utilizando métodos interactivos y simulaciones basadas en principios de gamificación). Hoy en día no se aprende solo en clase (se aprende de tus compañeros, de Internet y de otras fuentes). Se espera que los profesores universitarios hagan algo más que dar conferencias monótonas; Tienen la tarea de facilitar experiencias de aprendizaje genuinas para sus estudiantes. Además, los profesores deben esforzarse por hacer que sus clases no solo sean educativas sino también entretenidas. Es más probable que los estudiantes se comprometan y estén motivados para aprender cuando están entusiasmados e interesados en el material que se presenta. Incorporar humor, ejemplos de la vida real y anécdotas relevantes puede ayudar a dar vida al tema y hacer que los estudiantes se sientan más identificados.
Una de mis aportaciones favoritas a esta descripción es la impartición de un curso multimedia en una plataforma interactiva llamada “MyEducator” (www.myeducator.com). Si bien he publicado varios manuales universitarios para estudiantes en varios idiomas, y los libros están en la 5a, 6a o incluso 7a edición, he decidido experimentar con un libro interactivo digital. La idea de la plataforma nació en mi despacho de ESADE ya que uno de mis estudiantes de doctorado (Chad Albrecht) ha desarrollado con su hermano y su padre (todos profesores académicos) una plataforma llamada myEducator. Todo es virtual, utilizando la última tecnología, los libros son actualizados todo el tiempo por un equipo y el impacto es brutal. Tanto a los estudiantes como a los profesores universitarios les encanta. Actualmente tengo alrededor de 20,000 estudiantes en los EE. UU., usando este libro / curso digital. No soy yo quien lo entrega, son otros profesores. Los profesores se ponen en contacto conmigo si tienen un problema o necesitan aclaraciones. Este proyecto fue visionario y se desarrolló hace más de 10 años, mucho antes de la creciente demanda de aprendizaje en línea durante la COVID- 19. Y hoy, estamos terminando un nuevo libro, lo más ambicioso de mi carrera (más de 4 años de preparación), con myEducador que se trata del futuro del trabajo. El libro es visionario, de ahí que en la mayoría de las universidades no haya un curso sobre el futuro. Si tiene éxito, se ofrecerá en todas las facultades, por lo que todos los estudiantes, independientemente de su carrera, necesitan saber algo sobre el futuro de su trabajo. Y tengo la suerte de reunir algunos de los gurús más importantes en el campo para colaborar en este libro, incluidos el legendario Dr. Dave Ulrich (de Michigan), el futurólogo Dr. Mario Raich (de Zúrich) y el Dr. Chad Albrecht (de Utah).
Sobre el papel futuro de la educación universitaria y el concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida – Hace años, cuando los estudiantes ingresaban en las universidades y obtenían su título, les servía para el resto de sus vidas. Hoy en día, la obsolescencia de los conocimientos es tan rápida, que, si un profesional no actualiza sus conocimientos y habilidades, éstos se vuelven obsoletos. El papel de la universidad es inculcar este tipo de actitud y preparar a los jóvenes estudiantes para que estén listos para mejorar sus habilidades a lo largo de su vida profesional. También predigo que la facultad de educación continua en muchas universidades crecerá a medida que sean menos burocráticas, más agiles que las facultades tradicionales y puedan adaptarse y ofrecer un plan de estudios actualizado mucho más rápido. De lo contrario, una gran cantidad de consultores y empresas de consultoría reemplazarán los servicios de la universidad. Además, hoy en día, muchas empresas buscan competencias y no títulos cuando ofrecen empleo a candidatos talentosos.
Obviamente, este cambio hacia la contratación de personas basadas en la competencia en lugar de los títulos tiene inconvenientes potenciales. Si bien la competencia es sin duda un factor crucial para determinar el éxito de un empleado, el énfasis en las calificaciones y credenciales no se puede ignorar por completo. Una de las principales críticas a priorizar la competencia sobre los títulos es la posibilidad de sesgo y subjetividad en la evaluación de habilidades y destrezas. Sin un marco estandarizado o un punto de referencia para evaluar la competencia, se corre el riesgo de pasar por alto a los candidatos calificados que pueden no tener la oportunidad de mostrar sus habilidades de manera efectiva. Esto podría dar lugar a una falta de diversidad e inclusión en el lugar de trabajo, ya que las personas de entornos marginados o sin cualificaciones educativas tradicionales pueden verse injustamente desfavorecidas. Además, la dependencia de la competencia por sí sola puede pasar por alto el valor de la educación formal para proporcionar una base de conocimientos y habilidades de pensamiento crítico. Si bien la experiencia y las habilidades prácticas son importantes, las calificaciones académicas también pueden contribuir a un empleado completo y versátil. Los títulos a menudo demuestran un compromiso con el aprendizaje y la superación personal, así como la capacidad de navegar por conceptos e información complejos.
Sobre la promoción y reconocimiento del valor añadido de los profesores –
Durante muchos años, los profesores tuvieron la tarea de enseñar, publicar (hacer investigaciones), contribuir a la comunidad y realizar algunas tareas administrativas. La carrera y la promoción típicas de un profesor universitario dependían de estos criterios. En las universidades más prestigiosas, la promoción está dominada por la producción de investigación medida en términos de publicaciones académicas en revistas de primer nivel. En el futuro, creo que los criterios cambiarán. Primero, porque los que conocen bien los criterios también saben cómo se pueden manipular. Las métricas son erróneas. La mayoría de las investigaciones publicadas utilizaban una metodología y modelos matemáticos muy sofisticados que incluso los árbitros de la revista, que eran conocidos en su época, hoy están desgasificados y no entienden algunos de los complejos modelos matemáticos utilizados para el análisis de los datos. Así, en lugar de admitir su falta de competencia para evaluar un trabajo, optan por la aceptación. Me di cuenta de esta tendencia y he experimentado con ella. Hoy en día, una gran proporción de los artículos son enviados por investigadores chinos e indios que están bien capacitados en estadística y matemática. Su contribución académica innovadora es limitada, pero su uso del análisis de datos sofisticados es impresionante, y el resultado es que dominan cada vez más los espacios de las revistas científicas. También ellos viven en un ambiente académico muy competitivo y eso los lleva a “publicar o perecer”.
Como editor de una revista académica durante más de 7 años, conocía estas limitaciones, pero también sabía cómo impulsar el ranking de la revista empleando estas observaciones, hasta el punto de que Emerald me otorgó el premio al Editor del año por impulsar en 2 años una revista que existía desde hace 15 años y ni siquiera llegó a entrar en los rankings. Habiendo dicho todo esto, mi predicción (tal vez una ilusión) es que la publicación por ranking de revistas será reemplazada por otras métricas para evaluar el trabajo científico de los profesores en la academia y se utilizará en su promoción y reconocimiento. Necesitamos desarrollar métricas complementarias que sean más objetivas y cuantitativas. Hoy en día, medios como Research-Gate o Google Scholar y otros, producen estadísticas de impacto y citación mucho mejor que confiar exclusivamente en la aceptación en una revista clasificada. Y luego queda por tratar el impacto real en forma de “influencer”.
Sobre el papel de un académico como “influencer” en la comunidad profesional – Todos saben de qué se tratan los “influencers”. Están siendo seguidos por millones de personas. Las nuevas tecnologías y redes sociales lo están permitiendo. En el futuro, los académicos no podrán ser juzgados solo por sus pares, sino por el valor añadido que aportan a la comunidad profesional. En mi caso, he decidido adoptar un modelo híbrido de publicación cuando presento temas relacionados con el futuro del trabajo. Al fin y al cabo, como forjador del futuro, deseas tener un impacto real en la sociedad. Mis artículos son una mezcla de conceptos básicos de investigación con metodologías y herramientas innovadoras. Es una mezcla tipo “Julio Verne”, donde una parte se basa en la investigación (y mantiene el rigor de un académico), pero por otra parte es visionaria e imaginativa. Después de todo, quién sabe lo que será válido en el futuro.
Una cosa es cierta, estoy convencido de que los académicos deben traspasar los confines de sus torres de marfil y extender su conocimiento y experiencia a la comunidad profesional en general, en lugar de atender únicamente a sus colegas académicos. Este imperativo se deriva de la responsabilidad fundamental de los intelectuales de comprometerse con la sociedad en la que residen e impactar. Al limitar sus contribuciones únicamente al ámbito académico, los académicos no cumplen con su deber de difundir el conocimiento y lograr un cambio positivo más allá de los confines de sus círculos académicos insulares.
Contribuir a la comunidad profesional permite a los académicos mejorar su propia credibilidad y reputación académica. Al demostrar las implicaciones prácticas de su investigación y mostrar su impacto en el mundo real, los académicos pueden atraer financiación, asociaciones y oportunidades de colaboración con líderes de la industria. Esto no solo refuerza la posición del académico dentro de su campo, sino que también eleva la reputación de su institución y contribuye al avance del conocimiento y la experiencia en la comunidad profesional en general.
Los académicos han sido percibidos durante mucho tiempo como los guardianes del conocimiento, los guardianes del discurso intelectual y las vanguardias del progreso. Sus contribuciones a la comunidad académica a menudo son elogiadas y celebradas, con elogios y reconocimientos sobre aquellos que hacen descubrimientos innovadores o publican investigaciones influyentes. Sin embargo, existe una actitud predominante entre algunos académicos de que su principal audiencia y deber es con sus colegas académicos e investigadores, descuidando la importancia de comprometerse y contribuir a la comunidad profesional en general. Esta mentalidad insular no solo limita el impacto y la relevancia del trabajo académico, sino que también perpetúa la imagen de torre de marfil de la academia como desconectada de los problemas y preocupaciones del mundo real de la sociedad. En una época marcada por el creciente escepticismo hacia los expertos y la disminución de la confianza pública en las instituciones, los académicos no pueden permitirse el lujo de permanecer enclaustrados en sus torres de marfil, hablando solo entre ellos en jerga esotérica y lenguaje inaccesible.
En mi caso, llegué a un acuerdo con “The European Business Review”. Es leída por aproximadamente 15 millones de lectores, y aprendo a convertir conceptos académicos complejos en algo más sencillo y práctico. La revista ha decidido reconocer mis aportaciones consistentes (muchas con varios coautores) y crear una columna dedicada a mis artículos. Allí, los lectores pueden leer o descargar sin cargo o por un precio nominal cualquier artículo que les parezca interesante. De hecho, mientras hablo hoy, hay 3 artículos programados para su publicación en los números de mayo- junio y julio-agosto (https://www.europeanbusinessreview.com/category/columns/simon-l-dolan-a-future- shaper/) . En consecuencia, estoy recibiendo invitaciones para dirigirme a audiencias en reuniones y conferencias de profesionales de todo el mundo. Me hace sentir bien y me llena de entusiasmo pronunciar discursos apasionados, ya que mi valor añadido llega a un grupo de audiencia mucho más amplio en comparación con los artículos puramente basados en la investigación, publicados en revistas científicas.
Por fin, soy consciente del desafío que tienen las universidades y me gustaría subrayar el esfuerzo que está haciendo esta Universidad por adaptarse a los tiempos que corren. Las investigaciones que lleva a cabo, las innovaciones en la docencia, y las aportaciones a los profesionales de la provincia. Espero que seguirán con esta dinámica y energía positiva por muchos años.
Buscando la Brújula en el trabajo y en la vida y preparándose para el futuro
En una era definida por los rápidos avances tecnológicos, los cambios económicos globales y la agitación social, el futuro de la vida y el trabajo aparece como un mar turbulento de incertidumbre. Los caminos que alguna vez fueron estables y predecibles que guiaban a las personas a través de sus carreras y vidas personales han sido barridos por la implacable marea de cambios. En este paisaje caótico, las personas se encuentran a la deriva, buscando desesperadamente una brújula para navegar por las aguas inexploradas que se avecinan.
Las nociones tradicionales de trayectorias profesionales y seguridad laboral se han trastocado, dejando a muchos sentimientos vulnerables y expuestos a los caprichos de un futuro impredecible. El auge de la automatización, la inteligencia artificial y la economía colaborativa han alterado fundamentalmente la naturaleza del trabajo, dejando obsoletas las profesiones que antes eran fiables y creando un entorno precario en el que la estabilidad laboral es un recuerdo lejano. En este entorno, las personas se ven obligadas a adaptarse y evolucionar a un ritmo vertiginoso, buscando constantemente nuevas habilidades y competencias para seguir siendo relevantes en un mercado laboral en constante cambio.
Del mismo modo, la estructura misma de la sociedad está siendo remodelada por la innovación tecnológica y el cambio social, lo que lleva a una sensación de desorientación y alienación para muchos. El rápido ritmo del avance tecnológico ha difuminado los límites entre el mundo físico y el virtual, creando una realidad digital que es a la vez estimulante e inquietante. A medida que lidiamos con las implicaciones de estos cambios, nos vemos obligados a enfrentarnos a preguntas fundamentales sobre nuestra identidad, nuestros valores y nuestro lugar en un mundo cada vez más interconectado y complejo.
Frente a esta incertidumbre, las personas tienen que lidiar con el profundo desafío de encontrar su camino en un mundo que está en constante cambio. La búsqueda de una brújula se convierte no solo en una necesidad práctica, sino en una búsqueda profundamente existencial de significado y dirección en un mundo cada vez más desprovisto de estabilidad y certeza. A medida que nos enfrentamos a los desafíos desconocidos del futuro, la única constante es el cambio, y nuestra capacidad para adaptarnos y navegar por este panorama cambiante será la clave de nuestra supervivencia y éxito.
Dado este contexto, comencé hace muchos años a desarrollar una brújula que ayude a las personas. Mi brújula se basaba en valores. Llegué a la conclusión de que los valores representan el ADN de nuestro comportamiento, y si conocemos nuestros valores fundamentales, podemos jerarquizarlos y alinearlos con nuestra definición de éxito: al hacerlo, logramos construir nuestra brújula interna personalizada. Mi viaje en el mundo de los valores comenzó hace muchos años y fue abordado primero desde un ángulo puramente académico. A finales de la década de 1980 cofundé ISSWOV (Sociedad Internacional para el Estudio del Trabajo y los Valores Organizacionales). ISSWOV se reúne cada dos años y reúne a los mejores investigadores del mundo en valores. También fui en un momento dado el presidente de la asociación. Hablando de serendipia, después de la caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría, las relaciones Este-Oeste permitieron a los científicos del antiguo bloque soviético viajar al oeste. Me encargué de organizar la primera conferencia del ISSWOV fuera de la zona comunista oriental. Decidimos organizarlo en 1993 en Barcelona, donde por casualidad conocí a Adela de la que me enamoré y afortunadamente hemos estado juntos desde entonces.
Como agente de cambio eficaz (o más precisamente un agente de transformación), siempre creo en el uso de tres pilares esenciales: un concepto, una metodología y una herramienta (s). Así que, después de años de estudiar valores y publicar numerosos artículos, he decidido dedicar también tiempo y energía a desarrollar metodologías y herramientas para implementar algunas de las ideas. De hecho, el primer libro sobre la dirección por valores se publicó en español (por McGraw Hill (1997) y fue dirigido por mi buen amigo Salvador García. Gracias Salva por la amistad y la confianza. En ese momento el foco estaba en las organizaciones, de ahí que Salvador también fuera profesor en la Universidad de Barcelona, Facultad de Psicología social que se interesaba por las organizaciones. En el libro hemos descrito por primera vez un método paso a paso para emprender un proceso de reingeniería cultural. También iniciamos una discusión sobre un concepto innovador llamado “el modelo triaxial de los valores”.
Sin embargo, aún faltaba un concepto, una metodología y unas herramientas refinadas y validadas científicamente. Solo después de que me mudé a España (ESADE) en 2001, y comencé a supervisar a media docena de estudiantes que investigaban diferentes ángulos de valores, el concepto se completó y pude desarrollar un enfoque único del universo de valores. Esto se reflejó por primera vez en el subtítulo de un libro que publiqué en 2006 con Salvador García y Bonnie Richley: “Managing by Values: A corporate guide to Living, being alive, and Making a Living in the XXI century” (Palgrave- MacMillan). A partir de entonces, el campo del coaching comenzó a florecer, y he decidido conocerlo mejor y ver si mi concepto de valores podría ser aplicable a las personas que buscan una brújula en sus vidas. Los resultados de mi investigación me llevaron a escribir un libro dirigido a coaches y describir el concepto, la metodología y las herramientas de lo que denominé «Coaching por Valores». El libro fue publicado en 2011 en Ingles (iUniverse), y en 2012 en español (Profit Editorial) y fue aclamado como uno de los mejores libros en el campo del coaching. Quiero llamar la atención sobre el subtítulo del libro: ¿Cómo tener éxito en el negocio de la vida y en la vida de los negocios?». El subtítulo fue propuesto por mi hijo Tommy, que ha leído el libro y lo ha encontrado súper interesante. Este fue el inicio de intensas actividades de formación y certificación de coaches (entrenadores) en colaboración con la Federación Internacional de Coaching (ICF). Al fin, el coaching por valores fue reconocido como una escuela de pensamiento establecida dentro del campo del coaching. Las herramientas, basadas en la gamificación, de esta metodología fueron desarrolladas juntamente con mi hermano Avishai Landau en Israel (que también está aquí y le agradezco por venir solamente por algunos días para compartir conmigo este galardón). Hemos utilizado cartas ilustrativas (cada una representa un valor) como metodología central. Nos dimos cuenta de que la herramienta era muy atractiva tanto para un coach como para los clientes (cochees) como un instrumento divertido (pero serio) para desarrollar una brújula interior. Hoy en día, la herramienta está disponible en 20 idiomas y se utiliza en todo el mundo. Más adelante, junto con mi equipo en España, desarrollamos una herramienta digital en línea que complementaba la herramienta física, y se convirtió en un gran instrumento durante el período de la COVID-19. El éxito fue tremendo, especialmente después de la creación de una empresa de consultoría llamada ZINQUO que se comprometió a promover, capacitar y certificar a los coaches en base al concepto, la metodología y las herramientas que hemos desarrollado.
A lo largo de los años, ZINQUO ha refinado la metodología, ha hecho que la formación sea más divertida y entretenida y éste ha sido el secreto de su éxito. Laura Moncho, cofundadora de ZINQUO y actual presidenta, ha sido mi socia durante muchos años y está haciendo un gran trabajo ayudando a las personas a encontrar su GPS en el trabajo y en su vida personal y familiar utilizando este concepto. Laura está aquí con nosotros y quiero agradecer a ella por su confianza y apoyo a lo largo de los años. El equipo de ZINQUO involucra a varias personas, pero quiero reconocer a Mónica Miguel García (que también está hoy aquí con nosotros). Gracias, Mónica. Estoy recibiendo mensajes electrónicos diarios de personas que nunca conocí, que me agradecían por el concepto y/o las herramientas y la gran formación que les ayuda a cambiar su vida para mejor. Han encontrado su brújula. Y, por cierto, también se desarrollaron enfoques, contenidos y herramientas similares para los líderes en las organizaciones. Al fin y al cabo, también están perdidos en el caos organizativo y necesitan una buena brújula para gestionar sus vidas y las de sus organizaciones.
Siendo coherente con mi intento de agregar valor a la sociedad, la COVID-10 me enseñó una lección que sugería que los valores son conceptos y herramientas muy útiles, pero la salud mental es tan importante (sino más). Así pues, he vuelto a mi interés y preocupación original, y he decidido desarrollar metodologías y herramientas basadas en el éxito de las herramientas de los valores. Me di cuenta de que carecemos de herramientas válidas para diagnosticar el estrés crónico y, con un entrenamiento adecuado, la situación se puede convertir en resiliencia. Así que escribí numerosos libros sobre el estrés crónico y la resiliencia, y una docena de artículos, para empezar. Luego he creado un grupo de trabajo en los que confío y que también estaban familiarizados con la herramienta «El Valor de los Valores». Después de unos años de desarrollo, se creó EL MAPA DE ESTRÉS. De nuevo, la idea era convertir un modelo de estrés con alta complejidad en algo más sencillo pero efectivo, utilizando cartas ilustradas que sigue el modelo y que se convierta en un proceso basado en la gamificación (serio pero divertido). ZINQUO y otros socios en el mundo (Avishai Landau en Israel y Javier Casademunt en Brasil), están capacitando y certificando coaches que se especializan en bienestar y resiliencia. Muchos de los que asisten a nuestra capacitación y certificación no solo son coaches, sino también médicos, psiquiatras y psicólogos clínicos. Hasta ahora, los resultados son sobresalientes y los comentarios son simplemente halagadores. En estos días, estoy completando la aplicación del programa en línea, llamado STRESS2RESILIENCE que se agregará a la caja de herramientas de los profesionales que desean ayudar a las personas a pasar del estrés a la resiliencia.
Reflexiones finales sobre el futuro
Como reflexiones finales sobre el futuro, deseo tomar riesgos y comprometerme a responder las dudas / preguntas típicas que la gente tiene sobre el futuro del trabajo. Me doy cuenta de que las respuestas serán cortas y estarán lejos de ser exhaustivas, pero espero introducir algo de curiosidad para aquellos que deseen explorarlo más a fondo.
• ¿La tecnología y la IA me reemplazarán o reemplazarán mi trabajo?
– En general, en mi opinión, los robots y la IA reemplazarán a la mayoría de los trabajadores que involucran un trabajo manual. Al fin y al cabo, los robots pueden trabajar sin parar, no están sindicados y la productividad será mayor. Por el contrario, no creo que los robots y la IA vayan a sustituir al trabajo intelectual que implica procesos mentales. Si bien es cierto que la inteligencia artificial (IA) ha logrado avances significativos en los últimos años, la noción de que reemplazará por completo el trabajo intelectual es una perspectiva falsa y demasiado simplificada. La complejidad y los matices de las tareas intelectuales, especialmente aquellas que requieren pensamiento crítico, creatividad e inteligencia emocional, hacen que sea poco probable que la IA pueda replicar o superar completamente las capacidades humanas en estas áreas. Sin embargo, tendremos que aprender a colaborar con entidades basadas en IA en el futuro.
¿Cambiará la forma y el método de realizar el trabajo? Sí, ya está ocurriendo. El trabajo no será solo un lugar físico. Algunos trabajos (si no la mayoría) utilizarán una forma híbrida (combinando lo virtual y lo físico). La fusión de la virtual y la presencia física en los puestos de trabajo puede considerarse un avance positivo, ya que ofrece una mayor flexibilidad y accesibilidad para los trabajadores. El trabajo remoto se ha vuelto más frecuente en los últimos años, lo que permite a las personas trabajar desde cualquier parte del mundo y permite a las empresas aprovechar un grupo de talentos global. Este cambio tiene el potencial de romper las barreras geográficas, promover la diversidad y mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal de los empleados.
¿Quedarán obsoletas mis competencias laborales? Ante la necesidad de entregar resultados a corto y medio plazo, la necesidad de las empresas se basará en nuevas habilidades. La mejora de las competencias laborales se convertirá en una condición necesaria para seguir siendo relevantes y competitivos en las carreras profesionales de las personas. La noción tradicional de obtener un título o certificación y mantenerse en esa calificación durante toda la vida profesional se ha vuelto obsoleta. En el despiadado mercado laboral actual, donde la tecnología avanza a un ritmo sin precedentes y la competencia global es feroz, la capacidad de adaptarse y mejorar las habilidades ya no es un lujo, sino un imperativo de supervivencia.
¿Cuál es la probabilidad de que las personas se jubilen de la misma organización para la que han estado trabajando? Obviamente, si tienes habilidades limitadas y careces de movilidad, entonces la respuesta es sí, pero solo si agregas valor a la empresa. Al mismo tiempo, la guerra mundial por el talento cualificado dará lugar a enormes oportunidades para que algunos trabajadores se muevan de un puesto a otro, de un empleo a otro. La investigación predice que los trabajadores más jóvenes de hoy tendrán entre doce y quince empleos a lo largo de su vida.
¿Continuará el fenómeno del aumento del trabajo y la disminución del empleo? La economía colaborativa ha abierto oportunidades para que las personas y las empresas accedan a un grupo diverso y global de talentos para realizar tareas bajo demanda, además de socavar muchas de las estructuras que han sustentado la seguridad laboral.
¿El trabajo en el futuro será significativo para los trabajadores? Se trata de una cuestión apremiante y compleja que exige un examen crítico. En una era de rápidos avances tecnológicos, automatización y globalización, la naturaleza del trabajo está experimentando profundas transformaciones. Las nociones tradicionales de seguridad, estabilidad y realización en el empleo están siendo trastocadas, dejando a muchos trabajadores lidiando con la incertidumbre y las preguntas existenciales sobre el propósito y el valor de su trabajo. Uno de los principales retos a los que se enfrentan los trabajadores en el futuro es la amenaza de desplazamiento de puestos de trabajo debido a la automatización. El auge de la economía colaborativa y las formas precarias de empleo han planteado dudas sobre la importancia del trabajo en el futuro. Con la proliferación del trabajo temporal, por contrato y por cuenta propia, muchos trabajadores se ven privados de la estabilidad, los beneficios y el sentido de pertenencia que conlleva el empleo tradicional a tiempo completo. Esta precariedad puede conducir a sentimientos de alienación, inseguridad y desconexión del propio trabajo, socavando su potencial de significado y realización. A medida que navegamos por los desafíos de la automatización, el empleo precario y la explotación económica, es esencial que prioricemos el bienestar, la dignidad y la realización de los trabajadores en nuestro cambiante panorama laboral. Al abogar por políticas que promuevan la seguridad laboral, los salarios justos y el trabajo significativo, podemos esforzarnos por crear un futuro en el que el trabajo no sea solo un medio de supervivencia, sino una fuente de orgullo, propósito y realización para todos los trabajadores. Tenemos un largo camino por recorrer en la creación de este tipo de cultura en las organizaciones.
¿Cuál será la base para pagar a las personas en el futuro? Hoy pagamos a las personas por su tiempo, su fidelidad, su talento y su productividad y en general por su valor económico añadido a la empresa. Quizás, en el futuro todo eso cambiara. Tal vez cambiemos los paradigmas existentes basados en la utilidad, los costos y la contribución económica mediante otras métricas para pagar a las personas. Con todos los terribles desafíos a los que se enfrenta la sociedad (incluida nuestra supervivencia), tal vez desarrollemos un algoritmo que mida el valor agregado positivo a la sociedad como base para el pago.
¿Cómo promoverá la sociedad la equidad salarial en el futuro?
¿Estamos ante la caída de un nuevo orden económico? Hoy en día, la sociedad capitalista que conocemos adopta un sistema impulsado por el mercado para determinar a quién y cuánto se le pagará a alguien. Algunos jóvenes deportistas o estrellas de cine tienen un sueldo semanal que supera el sueldo normal de un trabajador acumulado durante toda su vida. Eso no es normal. El sistema actual no solo crea una enorme sensación de inequidad, sino que también proporciona incentivos para la corrupción y el abuso del sistema. Sabemos que el sistema alternativo del comunismo fracasó. El sistema económico actual, caracterizado por la marcada división entre los que tienen y los que no tienen, es un testimonio del fracaso tanto del capitalismo como del comunismo para abordar verdaderamente la cuestión de la distribución equitativa de los recursos. La búsqueda incesante de ganancias bajo el capitalismo ha llevado a la explotación de la mano de obra y a la concentración de la riqueza en manos de unos pocos, mientras que la rígida planificación central del comunismo ha sofocado la iniciativa individual y la innovación. En este panorama sombrío, emerge una visión de un sistema económico que trasciende las limitaciones tanto del capitalismo como del comunismo, con el objetivo de lograr una distribución más equitativa de los recursos y, al mismo tiempo, fomentar la creatividad y el espíritu empresarial. Este sistema visionario reconoce el valor inherente de cada individuo y busca empoderarlo para que contribuya al bien colectivo. En esencia, este sistema económico alternativo valora la comunidad por encima de la competencia, la cooperación por encima de la explotación y la sostenibilidad por encima de los beneficios a corto plazo. Rechaza la noción de que la riqueza y el éxito son sinónimos, y en su lugar enfatiza la importancia del bienestar social y la administración ambiental. En este sistema, los recursos se asignan en función de las necesidades y no de los beneficios, lo que garantiza que todos tengan acceso a las necesidades de la vida y, al mismo tiempo, permite que florezcan las aspiraciones y ambiciones individuales. Las decisiones se toman democráticamente, con la participación de todos los miembros de la sociedad, para garantizar que los intereses de la mayoría se prioricen sobre los intereses de unos pocos. Si bien esta visión puede parecer utópica, se basa en la realidad de nuestros desafíos económicos y sociales actuales. La creciente brecha de riqueza, la degradación ambiental y el malestar social son síntomas de un sistema que prioriza la codicia y el individualismo sobre la cooperación y la solidaridad.
Conclusión
El futuro del trabajo es un tema que a menudo se recibe con escepticismo y aprensión, ya que los avances tecnológicos y la automatización amenazan con alterar los modelos de empleo tradicionales. Sin embargo, es importante tener en cuenta los posibles aspectos positivos de estos cambios y las oportunidades que pueden traer.
Uno de los principales beneficios del cambiante panorama laboral es el potencial para aumentar la eficiencia y la productividad. La automatización y la inteligencia artificial tienen el potencial de agilizar los procesos y eliminar las tareas rutinarias, lo que permite a los trabajadores centrarse en aspectos más complejos y creativos de sus trabajos. Esto podría conducir a una experiencia laboral más satisfactoria y atractiva para los empleados, mejorando en última instancia la satisfacción laboral y el bienestar general.
El futuro del trabajo presenta oportunidades para una mayor flexibilidad y equilibrio entre la vida laboral y personal. El trabajo remoto y las opciones de horarios flexibles son cada vez más comunes, lo que permite a los empleados administrar mejor sus responsabilidades personales y profesionales. Esta flexibilidad puede conducir a un aumento de la productividad y la satisfacción laboral, así como a atraer una gama más amplia de talento a las organizaciones.
Además, el futuro del trabajo puede traer nuevas y emocionantes oportunidades profesionales que antes eran inimaginables. Las industrias emergentes, como las energías renovables, la biotecnología y la inteligencia artificial, están creando nuevos puestos de trabajo y requiriendo un conjunto diverso de habilidades. Esto presenta una oportunidad para que las personas sigan carreras que se alineen con sus intereses y pasiones, lo que lleva a una experiencia laboral más satisfactoria y significativa.
En resumen, si bien el futuro del trabajo puede traer consigo cambios y desafíos significativos, es importante reconocer los posibles aspectos positivos que estos cambios pueden traer. Al adoptar la innovación y la adaptabilidad, anclar una brújula basada en valores y centrarse en la promoción del bienestar y la resiliencia, las personas y las organizaciones pueden navegar por el cambiante panorama del trabajo y aprovechar las oportunidades que se avecinan.
Gracias por escucharme y gracias de nuevo a la Universidad de Huelva por el honor de reconocer mi labor y otorgarme este doctorado Honoris Causa. Permítanme desearles a todos lo mejor, salud y riqueza mezcladas con una fuerte dosis de amor, pasión y compasión.
Simon L. Dolan Huelva
30 de abril de 2024